Has visto como después de la tormenta siempre sale
el sol y tras de él un arco iris en todo
su esplendor, con colores llenos de alegría y vitalidad; que se diluyen hasta
llegar al punto de desaparecer; de esta misma forma hay momentos en nuestra
vida que se ven oscuros y no le encuentras una salida a simple vista.


Me gustan los verdes que reflejan la verdadera
pureza de las personas, el violeta de las oportunidades que la vida nos brinda,
el naranja que nos da su calidez como aquel abrazo de tu mamá que llega en el
instante cuando más lo necesitas; la fidelidad, armonía y libertad que te
ofrece los azules y el rojo que
desencadena la pasión y lujuria que todos tenemos. Sea cual sea la gama de
colores que la vida nos muestre, cada uno nos revelará su significado y valor;
por eso prefiero una paleta extensa que una vida monocromática y plana.