Siempre he pensado
que los verdaderos amigos duran para siempre, que son contados con los dedos de
tus manos y como un reloj de arena,
cuando ves que se esta agotando el tiempo lo giras para comenzar de nuevo.
A mis amigos los
cuales me han acompañado cuando estuve solo y alejado de todo el mundo por
circunstancias que en este texto no mencionare, a ellos que me rescataron
cuando veía que el fondo estaba mas cerca, a ellos que cuando no tenia con
quien hablar siempre estaban hay, a ellos los fieles testigos de mis lagrimas y
alegrías; son mas las cosas buenas que puedo mencionar y de las que no me quiero
olvidar.
En una noche; al
compas de unas cervezas importadas compradas en promoción, sentados en una
banqueta a las afueras de un almacén de cadena, hablando de las cosas que solo
nosotros sabíamos, riéndonos sobre nuestra anécdotas e imitando las canciones
en versiones propias; bañados con bolsas de aguas encontradas en una esquina y
con fecha de vencimiento expirada, corriendo como locos pasadas las 12:00
a.m. Jugando como niños de 8 años.
Son muchas los
recuerdos que guardo de mis amigos y de los cuales espero recibir muchos más,
prefiero ver las cosas buenas que me pueden brindar y no los defectos que otros
pueden resaltar; prefiero sonreírme de las bobadas que hacen en vez de escuchar
las palabras que otros pueden decir sobre ellos o de mi.
Por eso digo que
una verdadera amistad es como un reloj de arena, por que a pesar que veas que
el tiempo se pasa lento al observarlo, este siempre va a transcurrir y nos
dejara experiencias únicas, momentos agradables y recuerdos inolvidables… A
ellos que no necesito mencionar por que cada uno sabe quienes son, hoy les
quiero dar las gracias por que han sido en muchas veces mi soporte y paño de lágrimas.
Ferney T. Palacios