viernes, 26 de diciembre de 2014

Y LAS COSTUMBRES DE NAVIDAD DONDE QUEDARON…




Recuerdo esas noches donde el calor de la familia hacia ratos agradables, reunidos alredero de un pesebre era lo más esperado durante todo el día, donde los amigos jugábamos a aguinaldos y donde los buenos deseos los escribíamos para que permanecieran y se hicieran realidad.
Esos momentos únicos donde escribíamos la carta al niño Dios y donde nos sobornaban con un “pórtate bien” para que en navidad te salieran con el regalo que querías, esas doce de la noche que era un eternidad para nosotros a la espera que nos nombraran para poder descubrir algo que ya sabíamos que era.

La cena navideña que por lo general se hacía en casa, con sabores naturales, acompañados de la noche buena de la abuela y del vino cariñoso que a mi papá tanto le gusta, los villancicos que tarareábamos cuando no lo sabíamos, y las oraciones que eran más que un himno que repetíamos por nueve días.

Las familias unidas para tener la excusa de cenar y beber alrededor de un árbol, esperar que fuera la una de la mañana para dejarnos dormidos e irse a disfrutar su navidad, El decorar las calles y pintar los andenes ya no es prioridad en las personas, hacer el año viejo alusivo a personajes de moda era lo más divertido y pedir entre los vecinos la colaboración para rellenarlos de diversión y luces de colores tan solo son cosas de nuestra infancia y de los recuerdos que al pasar los días se pierden cada vez más.
Espera la canción de “faltan cinco para las doce” para corren donde tus papás y compartir con ellos el año que se va y el nuevo que inicia frente a tus ojos, atragantarnos con esas dichosas doce uvas que por lo general siempre nos quedan algunas, llenarnos los bolsillos con lentejas para la prosperidad y un billete para que nunca nos falte el dinero.
Lo más bonito de esta época es estar al lado de las personas que más queremos, esas que nos han acompañado durante estos  trecientos sesenta y cinco días, recordar a las personas que se nos fueron de nuestros lados, guardar sus sonrisas en nuestras almas y dejar que nuestro ser se llene de gozo porque gracias a Dios tenemos aún vida y que la podemos seguir compartiendo con las personas que tenemos a nuestro alrededor.

Feliz navidad y un comienzo de año dos mil quince lleno de bendiciones y éxitos para todas las personas que quiero.

Ferney T. Palacios