Quien a dicho que
las reinas son solo las que tienen medidas perfectas, en mi vida tengo tres
seres maravillosos, llenos de amor y sobre todo de apoyo; unas personitas que a
pesar que no sea el mejor en muchas facetas de mi vida siempre estas hay para
decirme “estamos aquí”.
Una madre que
entrega todo desde que pone su primer pie en el suelo hasta que se posa sobre
su cama, me brinda ese calor que muy pocas tienen, ese apoyo que me llena de
fuerzas, esas caricias que muchas veces rechazo pero que son con todo el amor
de este mundo, esas lagrimas que a derramado a mi lado por mis cosas y las que
no he visto también por mi.
Mi hermana
incondicional, sincera, directa, trabajadora, buena mamá, protectora,
luchadora y lo mejor de toda esta historia
es que es mi hermana; la que me regaña por comentarios en mis fotos, la que me
dice aquí estoy para que me cuentes que te pasa, la que me brinda su tolerancia
y me supo comprender en mis momentos difíciles.
Mi sobrina que con
una sonrisa desarma a cualquiera, con sus travesuras nos estresa pero nos hace
sonreír, la que canta y baila como una
persona mayor, la que se esconde detrás de mi mamá cuando algo no le gusta, esa
personita que lucho para llegar a este mundo, para llenarnos de alegrías y de
momentos que solo se quedaran en
nuestras memorias, el primer disfraz, la primera palabra, el primer paso, sus
primeras letras. Solo Dios sabe lo que ellas significan para mí, en mi caso soy
algo duro, creo que la vida me ha vuelto frió y un poco apático… Gracias a ellas
que son mi fortaleza y mi bastón, hoy puedo decir que la felicidad no se tratar de hacer feliz a una sola persona sino devolver un poco de lo que todos
nos brindan.
Ellas son los tres
motores de mi vida…
Ferney T. Palacios